Ley de Protección de Datos

Existe una estrecha relación entre ciberseguridad y protección de datos; sin la primera no se puede garantizar la segunda, pero a través de la protección de datos también se puede reforzar la ciberseguridad.

Las empresas, cada vez más digitalizadas, guardan y trabajan con datos personales en sus sistemas y dispositivos informáticos. Y los datos personales se han vuelto muy valiosos para todo tipo de actores, incluidos actores maliciosos, que llevan a cabo ciberataques para poder acceder a los sistemas y robar o bloquear información confidencial, con el objetivo de obtener réditos económicos o, en algunos casos y en función de los objetivos atacados, causar daños y otros problemas de seguridad a sectores críticos para la sociedad (nos referimos a los ciberataques patrocinados por los estados, cada vez más habituales en el escenario actual).

Las medidas, soluciones y herramientas de ciberseguridad tienen como finalidad evitar el acceso no autorizado a los sistemas informáticos, proteger la infraestructura informática y la seguridad de la red y evitar que la información confidencial, datos personales incluidos, salga de las organizaciones y caiga en manos inadecuadas.

En las siguientes líneas analizamos la importancia de implantar una sólida estrategia de ciberseguridad para cumplir con las obligaciones de la Ley de Protección de Datos en la empresa.

Relación de la Ley de Protección de Datos con la ciberseguridad

La Ley de Protección de Datos (LOPDGDD y RGPD) requiere que los responsables y encargados del tratamiento garanticen la confidencialidad de los datos personales que manejan; adoptar y aplicar políticas y medidas de ciberseguridad es fundamental para que las empresas puedan hacerlo.

Además, LOPDGDD y RGPD obligan a las empresas a ser proactivas en la protección de datos, es decir, que se debe adoptar un enfoque activo en vez de reactivo en la protección de la confidencialidad de la información, lo que en la práctica se traduce en aplicar medidas preventivas, adelantarse a los riesgos y las amenazas. La ciberseguridad ayuda a las empresas a adoptar ese enfoque con herramientas y soluciones cuyo objetivo es, precisamente, prevenir y evitar la materialización de un ciberataque que pueda poner en riesgo los datos personales que se tratan en la actividad diaria de la empresa.

Pero, cómo decíamos en la introducción del artículo, ciberseguridad y protección de datos personales también presentan otra cara, en la que el cumplimiento de la normativa ayuda a reforzar y mantener la ciberseguridad. ¿Por qué? Porque hay datos personales que se pueden emplear para desplegar ciberataques que tienen como vector de entrada al usuario, que es, además, el punto más débil en lo que a protección de datos y seguridad informática y digital se refiere.

Hablamos de los ataques de phishing y, en especial, del spear phishing; ataques de ingeniería social dirigidos a objetivos concretos, que emplean información personal para conseguir una mayor credibilidad. Ahora, con la proliferación y desarrollo de la IA generativa, estos ataques, además, se han sofisticado, llegando incluso a usar voces clonadas para engañar a las víctimas.

No proteger suficientemente los datos personales que maneja la empresa, así como compartir demasiada información personal en internet o a través de redes sociales, puede dar las herramientas necesarias a los ciberdelincuentes para desarrollar y desplegar ciberataques mucho más dirigidos y con mayores probabilidades de éxito.

Por lo tanto, cumplir con la Ley de Protección de Datos requiere aplicar medidas de ciberseguridad, teniendo en cuenta que la eficacia de algunas de estas medidas depende, a su vez, de proteger la información personal de usuarios, clientes y empleados.

Brechas de seguridad

Las brechas de seguridad son una de las principales amenazas para la protección de datos personales, ya que ponen en riesgo la confidencialidad, la integridad y la disponibilidad de la información.

Pensemos, por ejemplo, en un ataque de ransomware, tiene la capacidad de afectar a estos tres aspectos: el despliegue de un ransomware en el sistema informático de una empresa primero bloquea el acceso a determinados archivos cifrándolos (que normalmente contendrán datos personales), afectando a su disponibilidad. Es posible que antes de encriptar esos archivos, se haya exfiltrado su contenido, si los archivos afectados no estaban cifrados, se producirá una pérdida de confidencialidad. Así mismo, los datos robados podrían manipularse, afectando a su integridad.

Prevenir las brechas de seguridad o, cómo mínimo, evitar sus peores consecuencias forma parte de las obligaciones de responsables y encargados del tratamiento, además de notificarlas a la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) cuando los «deberes» no se han hecho del todo bien, y la brecha ha afectado a datos personales que no estaban cifrados, dejándolos expuestos y «listos para usar» a los cibercriminales (¿alguna vez te has preguntado por qué recibes mucho spam en tu correo electrónico? Un ciberataque en el que se han robado datos personales suele ser la respuesta más segura).

Para prevenir estas brechas de seguridad y minimizar su impacto, es necesario adoptar medidas de ciberseguridad y hacerlo teniendo en cuenta los riesgos y amenazas que se derivan de los tratamientos de datos personales que realiza la empresa y eso implica cumplir con otra de las obligaciones de la Ley de Protección Datos: la realización de análisis de riesgos y, en su caso, de evaluaciones de impacto en protección de datos.

Ambas medidas permiten a responsables y encargados identificar los riesgos inherentes a los tratamientos de datos (y aquí debemos entender todo manejo de información personal, desde la que se recopila con un formulario web, hasta la que requieren aplicaciones o dispositivos digitales para funcionar) y diseñar una estrategia y política de ciberseguridad que incluirá las medidas y soluciones más adecuadas para la prevención y mitigación de esos riesgos.

En este punto es importante que aquellas empresas que no cuenten con personal formado en protección de datos y/o ciberseguridad, recurran a ayuda especializada, como la que puede brindar una consultoría de protección de datos, que entre sus servicios ofrezca asesoramiento en materia de ciberseguridad.

Cómo hemos visto, cumplir la LOPDGDD y el RGPD requiere de aplicar medidas de ciberseguridad, que contribuirán al cumplimiento de diversas obligaciones de la normativa y a través de ese cumplimiento, se refuerza también la propia ciberseguridad, por lo que es importante contratar los servicios de una consultoría que no descuide la ciberseguridad.

Es el caso de Grupo Atico34, una de las mejores empresas especializadas en protección de datos, que brinda, además, asesoramiento y asistencia en ciberseguridad. No solo ayudan a las empresas a cumplir la LOPDGDD y el RGPD (campo en el que tienen más de 12 años de experiencia), sino que también brindan un servicio de ciberseguridad que permite a las empresas prevenir ciberataques a través del análisis y la evaluación de riesgos a los que está expuesta la empresa y sus sistemas y desarrollar no solo un protocolo para la gestión y reporte de brechas de seguridad, sino también un plan de continuidad de negocio, para que un ciberataque no paralice por completo la actividad de la empresa.

La protección de datos requiere, cómo decíamos más arriba, adoptar medidas proactivas en materia de seguridad y ciberseguridad, esto implica que responsables y encargados deben ser capaces de demostrar que han adoptado e implementado dichas medidas desde el diseño de los tratamientos y por defecto. Contar con los servicios de una consultoría como Grupo Atico34 lo garantiza gracias a la elaboración y documentación de los protocolos de protección de datos, diseñados a medida de las necesidades de sus clientes.

La adopción e implementación de medidas de ciberseguridad adecuadas, basadas en análisis de riesgos y, cuando proceda, en una evaluación de impacto, prevendrán las brechas de seguridad, pero en caso de que alguna se materializará, también podrán evitar las sanciones de la AEPD, puesto que aunque los cibercriminales consigan hacerse con archivos que contengan datos personales, al estar cifrados (como medida de seguridad), no podrán acceder a la información.

En definitiva, ciberseguridad y protección de datos son conceptos inseparables en la era digital y cualquier empresa que quiera cumplir con la Ley de Protección de Datos, necesita y debe adoptar y poner en práctica una política de ciberseguridad efectiva, basada en los riesgos y ciberamenazas a las que está expuesta. Contratar un servicio especializado, como la consultoría Grupo Atico34, es la apuesta más segura para reforzar la ciberseguridad y garantizar la protección de datos personales para empresas y autónomos de cualquier sector y actividad.